Las calles de Turquía se convirtieron en un campo de batalla tras la detención del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, uno de los principales opositores al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan.
Miles de manifestantes salieron a las calles en Ankara, Estambul y otras ciudades, donde se enfrentaron con la Policía. Las fuerzas de seguridad usaron cañones de agua y gases lacrimógenos, mientras los manifestantes lanzaban botellas y petardos.
Las protestas dejaron más de 340 personas detenidas en todo el país, según informaron las autoridades a Al Arabiya. Se espera que las manifestaciones continúen este domingo, coincidiendo con las primarias de la oposición. La tensión sigue en aumento, mientras Erdogan acusa a sus rivales de «hipocresía» y de atacar a la Policía y amenazar a jueces y fiscales.
La situación mantiene en vilo a Turquía, en un contexto de creciente polarización política. Imamoglu, visto como una amenaza para el oficialismo, ha sido una figura clave en la oposición. La represión de las protestas podría avivar aún más la crisis política, con el país encaminado hacia una nueva fase de inestabilidad.
La vaina ta caliente en Turquía. Meter preso a un opositor solo aviva el fuego
Esto se ve venir feo. La represión solo hace que la gente se endurezca más.
Estrategia mala esa. En vez de apagar la crisis, la están encendiendo más.
Erdogan no quiere competencia y está apagando fuegos con gasolina
Turquía está que arde y la gente no se deja meter ese gol tan fácil
Cuando el gobierno mete preso a un rival político, la democracia tiembla
Imamoglu le ganó dos veces a Erdogan en Estambul, y ahora lo quieren sacar del juego
La oposición turca tiene que moverse con cabeza fría porque el panorama se complica