La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, ha afirmado que es posible regularizar a los más de once millones de migrantes indocumentados en el país mientras se protege la frontera con México.
En su discurso durante la convención demócrata en Chicago, Harris prometió revivir un controvertido pacto migratorio bipartidista que imponía estrictas restricciones al sistema de asilo.
Este acuerdo, que no ofrecía una vía clara para la legalización de migrantes existentes, había sido respaldado en su momento por la Patrulla Fronteriza pero criticado por defensores de los derechos humanos.
Harris subrayó que su compromiso incluye llevar adelante el proyecto de ley de seguridad fronteriza y enfrentar el desafío migratorio sin comprometer la seguridad nacional.
A diferencia de la campaña presidencial de 2020 de Joe Biden, que se centró en restaurar el sistema de asilo, la actual administración ha endurecido su postura, implementando restricciones que han reducido los cruces fronterizos a niveles no vistos en cuatro años.
La situación migratoria en EE.UU. continúa siendo un tema crítico, con un aumento en el número de desplazados en el continente americano y una presión creciente sobre el gobierno para gestionar tanto la migración irregular como los derechos de los migrantes.
La propuesta de Harris busca balancear estas necesidades mientras aborda la seguridad fronteriza.
Si Kamala logra regularizar a 11 millones, se gana muchos puntos con la comunidad latina
Hablar de seguridad fronteriza y regularización al mismo tiempo es un juego delicado.
Ojalá ese pacto migratorio no termine sacrificando los derechos de los migrantes.
Harris tiene que caminar fino entre lo que prometen y lo que realmente pueden hacer.
Reducir los cruces está bien, pero ¿a qué costo para los que buscan asilo?