La vicepresidenta de Filipinas, Sara Duterte, fue citada el martes por la Oficina Nacional de Investigación (NBI) para esclarecer sus explosivas declaraciones en las que afirmó haber contratado a un asesino para eliminar al presidente Ferdinand Marcos Jr., su esposa Liza Araneta y al presidente de la Cámara de Representantes, Martin Romualdez.
Duterte deberá presentarse este viernes a las 09:00 (hora local) en las oficinas del organismo para “arrojar luz sobre la investigación” por presuntas amenazas graves.
El Departamento de Justicia respaldó la citación y subrayó que las amenazas, incluso provenientes de altos funcionarios, “no serán toleradas” y serán abordadas por los canales legales correspondientes. Además, los investigadores han comenzado a rastrear al supuesto sicario mencionado por Duterte. “Estas acciones demuestran el compromiso del Gobierno con la integridad y la responsabilidad en el servicio público”, señaló el organismo.
El presidente Marcos calificó las declaraciones de la vicepresidenta como un “intento criminal” que no puede ser ignorado. “El Estado de derecho debe prevalecer, sin importar quién esté involucrado”, enfatizó el mandatario. Por su parte, Romualdez señaló que las palabras de Duterte constituyen “una amenaza directa contra nuestra democracia y la seguridad nacional”.
La controversia estalló el pasado 23 de noviembre, cuando Duterte, visiblemente molesta por la orden de traslado de su jefa de gabinete, Zuleika López, a una prisión en Mandaluyong, declaró en una videoconferencia: “No se preocupen por mi seguridad, ya hablé con alguien. Le dije: ‘Si me matan, mata a BBM [Marcos], a Liza Araneta y a Martin Romualdez’. No es broma. Ya he dado mi orden: ‘Cuando yo muera, no pare hasta matarlos’”.
Posteriormente, Duterte intentó suavizar sus palabras, asegurando que no se trataba de una amenaza real, sino de una expresión de preocupación por su seguridad personal. Además, acusó al Gobierno de Marcos de orquestar una “farsa” para silenciar a sus críticos.