Venezuela ha acordado reanudar los vuelos de repatriación de ciudadanos venezolanos deportados desde Estados Unidos, luego de que la administración de Nicolás Maduro suspendiera estos vuelos debido a la revocación de una licencia especial que permitía a Chevron operar en el país.
El diplomático estadounidense Richard Grenell fue clave en el acuerdo, logrando además la liberación de seis estadounidenses encarcelados en Venezuela. Los vuelos se reanudarán este viernes, aunque hasta ahora no se han dado más detalles sobre el proceso ni sobre el número de deportados que llegarán.
La medida se produce en el contexto de una relación tensa entre ambos países, pero con intentos de mejorarla. En los últimos meses, más de 600 migrantes venezolanos habían sido repatriados antes de que los vuelos se suspendieran.
Desde que los vuelos fueron detenidos, las autoridades venezolanas recibieron a cientos de deportados, quienes han sido recibidos sin ser considerados culpables de delitos graves, pese a que las autoridades estadounidenses los han etiquetado como criminales.
En Venezuela, el gobierno ha defendido la llegada de sus ciudadanos, desmintiendo las acusaciones de criminalidad. Algunos migrantes fueron detenidos y llevados a la base de Guantánamo antes de ser enviados de regreso al país, pero una vez que se verificó que no tenían antecedentes penales, la mayoría ha sido autorizada a reunirse con sus familias.
La reanudación de estos vuelos podría ser una señal de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, que podrían ver más acuerdos de este tipo en el futuro.
Maduro y EE.UU. siguen en su tira y jala, pero al final llegaron a un acuerdo.
Chevron metió la cuchara y logró que se retomaran los vuelos de deportación.
La repatriación vuelve, pero sin muchos detalles sobre cuántos migrantes serán enviados.
Venezuela dice que sus ciudadanos no son criminales, aunque EE.UU. insiste en lo contrario.
Richard Grenell sacó seis estadounidenses presos como parte del trato.
Algunos venezolanos pasaron por Guantánamo antes de ser devueltos, pero sin historial criminal.