El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció una «tregua de Pascua» de 30 horas el sábado, que terminó con acusaciones mutuas entre Ucrania y Rusia por violarla. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó que las tropas rusas realizaron casi 3,000 violaciones del alto el fuego, mientras que el Ministerio de Defensa ruso culpó a Ucrania de ataques con drones y misiles.
A pesar de la promesa de Putin, los combates continuaron, principalmente en el este de Ucrania, cerca de Pokrovsk, una ciudad clave en la región de Donetsk.
Zelensky calificó la tregua como una «maniobra de relaciones públicas» por parte de Rusia, argumentando que el Kremlin nunca tuvo la intención de buscar la paz.
Mientras tanto, la comunidad internacional, incluyendo el gobierno británico, criticó el alto el fuego como insuficiente y poco confiable, sugiriendo que Putin no estaba realmente comprometido con la paz. Además, se plantearon dudas sobre las acciones de Ucrania, quienes también acusaron a Rusia de usar misiles Himars durante el período de tregua.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, expresó su deseo de ver un acuerdo de paz esta semana, aunque sin proporcionar detalles específicos.
La administración estadounidense sigue presionando para un alto el fuego completo, pero la desconfianza sobre las verdaderas intenciones de Rusia persiste. A pesar de estos esfuerzos, los avances en las conversaciones de paz han sido limitados, y la situación sigue siendo incierta en el frente de la guerra.
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