Este lunes Ucrania anunció que mató a Viktor Sokolov, comandante de la flota rusa del Mar Negro, en un ataque con misiles sin precedentes contra el cuartel general naval en la anexionada península de Crimea la semana pasada.
Fue un duro golpe para Moscú, que en los últimos meses ha sufrido una serie de ataques contra el puerto de Sebastopol, de gran importancia estratégica.
En un comunicado difundido en las redes sociales las fuerzas especiales ucranianas afirmaron que “murieron 34 oficiales, entre ellos el comandante de la flota del Mar Negro. Otros 105 ocupantes resultaron heridos”.
El sábado, el jefe de los servicios de inteligencia ucranianos, Kyrylo Budanov, dijo que en el ataque contra Sebastopol también habían resultado heridos el coronel general Aleksandr Romanchuk, comandante de las fuerzas rusas en la región ucraniana de Zaporizhzhia, y el teniente general Oleg Tsekov, comandante de las fuerzas costeras 2000 OMSB de la Flota Norte de la Marina Rusa. Ambos estaban en graves condiciones.
El Ministerio de Defensa ruso dijo el día del ataque que un militar estaba desaparecido, tras haber informado inicialmente de que una persona había muerto.