Desde que Rusia lanzó su invasión contra Ucrania el año pasado, múltiples acusaciones por cometer delitos de lesa humanidad han caído sobre el Kremlin.
Los menores de edad han sido víctimas de estos abusos por lo que fiscales ucranianos aseguraron que se abrieron más de 3.000 casos penales por delitos cometidos por Rusia contra niños en el país, incluidas docenas de casos de tortura.
Las acusaciones incluyen “asesinatos, mutilaciones, secuestros de niños, desplazamientos forzados, deportaciones, violencia sexual contra niños y secuestros”, dijo Yulia Usenko, jefa del Departamento para la Protección de los Intereses de los Niños y la Lucha contra la Violencia de la Fiscalía General de Ucrania.
Los fiscales documentaron a 75 niños que sufrieron diversas formas de tortura a manos de las fuerzas rusas, de los cuales 69 estaban ubicados vivían en la región de Chernihiv, al norte de Ucrania. Los niños fueron retenidos en el sótano de una escuela junto con adultos y sus condiciones y trato “equivale a tortura”, dijo Usenko.
La jefa del Departamento para la Protección de los Intereses de los Niños, agregó que se documentaron casos aislados de tortura infantil en las regiones del sur de Kherson y del noreste de Kharkiv, donde los niños fueron “privados de su libertad y sometidos a tortura física”.
En marzo, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin y la funcionaria rusa Maria Lvova-Belova por llevar adelante un plan para deportar a niños ucranianos a Rusia.
La propia Lvova-Belova, quien se desempeña como defensora rusa de los derechos del niño, reconoció que más de 700.000 niños ucranianos han sido trasladados desde Ucrania a Rusia desde el comienzo de la invasión.
Ucrania denunció en su momento que Rusia había secuestrado a más de 19.500 niños y calificó el acto de deportaciones ilegales.
Es devastador escuchar sobre las acusaciones de delitos de lesa humanidad cometidos por Rusia en Ucrania, especialmente contra niños. Esto debe ser condenado enérgicamente.
La apertura de más de 3,000 casos penales es un paso importante para buscar justicia por los abusos cometidos por Rusia en Ucrania.
La tortura y la violencia contra niños son actos inhumanos e inaceptables. Los responsables deben enfrentar las consecuencias.
Apoyo a los fiscales ucranianos por documentar y perseguir estos casos de abuso infantil. Los niños merecen justicia y protección.
Es alarmante que la Corte Penal Internacional haya emitido órdenes de arresto contra Vladimir Putin y Maria Lvova-Belova. Esto refleja la gravedad de la situación.
Las deportaciones de niños ucranianos a Rusia son un acto cruel y deben ser condenadas por la comunidad internacional.
Las cifras de niños afectados por estas deportaciones son espantosas. Rusia debe rendir cuentas por sus acciones.
La tortura infantil es un crimen atroz que debe ser investigado a fondo y castigado con rigor.
La protección de los derechos de los niños debe ser una prioridad en situaciones de conflicto. Rusia ha fallado en este sentido.
Las acusaciones de secuestro de niños y deportaciones ilegales son inaceptables y deben ser tratadas con seriedad.
Es incomprensible que se haya sometido a niños a tales horrores en el contexto de la guerra en Ucrania.
Los niños son las víctimas más vulnerables en situaciones de conflicto. Deben ser protegidos y cuidados.
La situación en Chernihiv es especialmente preocupante. La tortura infantil es una violación flagrante de los derechos humanos.
La Corte Penal Internacional está tomando medidas importantes para responsabilizar a los responsables de estos crímenes.
La comunidad internacional debe presionar a Rusia para que detenga estos abusos contra los niños ucranianos.
Es importante que se denuncien estos casos de abuso infantil y que los culpables sean llevados ante la justicia.
La deportación de niños es una violación de los derechos humanos y debe ser condenada enérgicamente.
La jefa del Departamento para la Protección de los Intereses de los Niños está haciendo un trabajo crucial al documentar estos casos.
Los niños ucranianos merecen un entorno seguro y protección contra la violencia.
La privación de libertad y la tortura física de niños son actos inaceptables que deben ser investigados a fondo.