El vuelo de Delta Air Lines en Toronto experimentó una fuerte turbulencia durante el aterrizaje, evidenciando los riesgos de transportar niños pequeños en el regazo de un adulto.
Aunque la aeronave aterrizó sin mayores complicaciones y las 21 personas heridas fueron dadas de alta, el incidente puso de relieve lo peligroso que puede resultar sujetar a un bebé en situaciones de inestabilidad aérea, situación que podría tener consecuencias fatales en casos más graves.
Expertos en seguridad aérea y organismos reguladores, como la NTSB de Estados Unidos y la Transportation Safety Board de Canadá, recomiendan que los niños menores de dos años viajen en asientos de seguridad aprobados para automóviles, en lugar de hacerlo en el regazo de sus padres.
La práctica, aunque legal, expone a los más pequeños a un alto riesgo durante turbulencias o accidentes, como lo evidencian sucesos pasados en los que niños han resultado gravemente heridos o incluso han perdido la vida.
Instituciones como la FAA y la American Academy of Pediatrics, junto con sindicatos de aerolíneas, han defendido la obligatoriedad de que los niños viajen en su propio asiento, subrayando que esto no solo aumenta su seguridad, sino que también facilita el manejo de la situación en vuelo.
Expertos advierten que, si bien la economía familiar puede tentar a los padres a evitar el gasto adicional, el costo de la seguridad de un niño es incalculable. La experiencia de profesionales del sector, como la exasistente de vuelo Jan Brown, refuerza la necesidad de que se adopten medidas más estrictas para proteger a los pasajeros más vulnerables.
Vuelo de Delta en Toronto aterriza con 21 heridos tras fuerte turbulencia.
Incidente resalta el riesgo de viajar con bebés en el regazo.
Expertos advierten sobre la necesidad de asientos de seguridad para niños.
NTSB y FAA insisten en regular la forma en que viajan los menores de dos años.
Turbulencia expone a bebés a peligros evitables en vuelos comerciales.
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