El presidente Donald Trump ha ordenado la expansión de un centro de detención para migrantes en la base naval de Guantánamo, Cuba. Un contingente de marines estadounidenses llegó para apoyar los esfuerzos de ampliar las instalaciones y reforzar la seguridad en el centro.
Esta medida responde a la política de control migratorio de la Administración Trump, que busca recluir a migrantes ilegales con antecedentes criminales graves, como asesinatos, tráfico de drogas y otros delitos, en Guantánamo antes de ser deportados a sus países de origen.
El Departamento de Defensa de EE.UU. informó que los marines asignados al 6.º Regimiento de la Marina llegaron para preparar el centro y garantizar su funcionamiento.
Además, se mencionó que 111 miembros de la Guardia Nacional de Nueva York fueron enviados previamente a Guantánamo para ayudar en la protección de la instalación.
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, aseguró que las garantías procesales de los detenidos se respetarán, y destacó que tener un centro en Guantánamo será una «ventaja» para EE.UU. en su lucha contra la inmigración ilegal.
La decisión de trasladar a los migrantes a Guantánamo ha sido condenada por el gobierno cubano, que considera la medida ilegal e inaceptable. Desde la toma de posesión de Trump, el gobierno estadounidense ha aumentado las deportaciones, con vuelos hacia países como Guatemala, Honduras y Ecuador.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba expresó su rechazo a la medida, señalando que EE.UU. está expoliando y desplazando a personas bajo sus propias políticas.