Donald Trump anunció este jueves la designación de Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud y Servicios Humanos en su próximo gobierno. La decisión marca un giro en la política de salud de Estados Unidos, con un enfoque en la reforma de las agencias reguladoras y la lucha contra la influencia de la industria farmacéutica.
En un comunicado, Trump aseguró que “los estadounidenses han sido víctimas de engaños y desinformación de la industria alimentaria y farmacéutica” y prometió que, bajo su administración, “la seguridad y salud pública serán prioridad”.
Kennedy Jr., conocido por su escepticismo hacia las vacunas y críticas a la industria farmacéutica, se comprometió a restaurar la transparencia y promover una medicina basada en evidencias.
Kennedy, sobrino del expresidente John F. Kennedy, enfrentará la tarea de supervisar la seguridad de medicamentos, regular la industria alimentaria, y gestionar programas clave como Medicare y Medicaid. Entre sus primeras directrices, Trump le ha solicitado eliminar conflictos de interés en las agencias de salud y reducir la incidencia de enfermedades crónicas en el país.
Tras una carrera breve como candidato independiente, Kennedy aceptó apoyar la candidatura de Trump a cambio de este cargo, intensificando sus críticas a la industria farmacéutica y a las políticas de salud actuales.
Además, ha manifestado interés en introducir regulaciones de salud y seguridad alimentaria similares a las de Europa, replantear el uso de flúor en el agua, y promover enfoques de medicina holística, lo que anticipa una administración de salud con un enfoque menos convencional.