El presidente de EE.UU., Donald Trump, advirtió que Irán sería «aniquilado» si intentaran asesinarlo. En respuesta a supuestas amenazas de Teherán y grupos aliados, aseguró que ha dejado instrucciones para una represalia total en caso de un atentado contra él o su equipo. Aunque afirmó que le gustaría mantener buenas relaciones internacionales, insistió en que Irán no debe poseer armas nucleares.
La declaración de Trump ocurrió mientras presentaba una orden ejecutiva para restablecer la estrategia de «máxima presión» contra Irán. La medida impone nuevas sanciones económicas, principalmente dirigidas a la exportación de petróleo iraní. Según Trump, esta acción es muy severa, pero espera no tener que aplicarla en toda su magnitud.
Durante su primer mandato, Trump logró reducir drásticamente las exportaciones petroleras de Irán, pero bajo la administración de Joe Biden, el país logró recuperar su industria.
En 2024, los ingresos petroleros iraníes alcanzaron 54.000 millones de dólares, el nivel más alto desde 2018. Con el regreso de Trump, EE.UU. intensifica nuevamente la presión económica contra Teherán.