Trinidad y Tobago declaró un estado de emergencia nacional debido a la creciente violencia de pandillas que ha dejado 623 asesinatos este año, la cifra más alta en más de una década.
El reciente brote de violencia incluyó el asesinato de al menos siete hombres durante el fin de semana, lo que llevó a las autoridades a tomar medidas extremas para contener el caos, especialmente en la capital, Puerto España.
La nación enfrenta una intensa guerra entre bandas rivales, como Sixx y Seven, que buscan expandir sus territorios. Estas pandillas están vinculadas al narcotráfico debido a la ubicación estratégica del país en rutas hacia Europa y América.
Aunque no habrá toque de queda, se reforzará la presencia militar y policial, con poderes para realizar arrestos sin orden judicial durante 48 horas.
A pesar del estado de emergencia, las autoridades han asegurado que las actividades cotidianas y las celebraciones de Año Nuevo seguirán según lo planeado. Sin embargo, los residentes temen que los ataques de represalia escalen, sumiendo al país en más violencia.