La región separatista de Transnistria cortó el suministro eléctrico a Moldavia debido al cese del tránsito de gas ruso a través de Ucrania, combustible que abastecía su principal central termoeléctrica. Ante la falta de gas, la planta comenzó a usar carbón, pero solo podrá garantizar electricidad local por casi dos meses.
Transnistria, que proveía el 80 % de la electricidad de Moldavia, finalizó su contrato con este país, obligándolo a importar energía desde Rumanía a costos más altos. La medida intensifica la crisis energética declarada en Moldavia desde diciembre, lo que podría agravar la situación económica y social.
El estado de emergencia energética en Moldavia subraya la dependencia de recursos externos y los efectos del conflicto entre Rusia y Ucrania. Moldavia enfrenta ahora un aumento de precios y posibles limitaciones en el acceso a la electricidad.