La tormenta tropical Trami ha causado devastación en Filipinas, dejando al menos 76 muertos, principalmente en el centro y norte del país. La tormenta ha provocado intensas lluvias que generaron deslizamientos de tierra e inundaciones, obligando a casi 320,000 personas a abandonar sus hogares.
En la provincia de Batangas, al sur de Manila, 47 personas han fallecido y 17 permanecen desaparecidas, atrapadas bajo montículos de barro y escombros.
Mientras Trami se aleja, los meteorólogos advierten sobre la posibilidad de que la tormenta regrese debido a los vientos de alta presión en el Mar de China Meridional.
Con lluvias equivalentes a uno o dos meses en solo 24 horas, las comunidades afectadas experimentaron inundaciones repentinas, y se estima que alrededor de 2.6 millones de personas han sido impactadas por la tormenta en todo el país.
Los equipos de rescate enfrentan grandes desafíos para asistir a los residentes atrapados en tejados y otros refugios improvisados, mientras que miles de personas continúan varadas en aeropuertos y puertos marítimos.
La magnitud de la tragedia subraya las limitaciones de los proyectos de control de inundaciones en Filipinas, un país constantemente afectado por tifones.
Esa tormenta Trami se pasó, 76 muertos no es un chiste.
Dios mío, esos deslizamientos y las inundaciones son un desastre total.
No se puede creer que casi 320 mil personas tengan que dejar sus casas.
La naturaleza no juega, y esos países son los que más sufren.
Las lluvias de un mes en solo 24 horas, eso es locura pura.
Esperemos que ayuden rápido a esos hermanos en Filipinas, no hay tiempo que perder.
Los equipos de rescate deben estar pasándola muy dura en ese lío.
Esos problemas de inundaciones en Filipinas no tienen fin, siempre es lo mismo.
Ojalá la tormenta no vuelva a dar el golpe, ya han sufrido suficiente.
Cada vez que pasa algo así, uno se da cuenta de lo vulnerables que somos.