Una intensa tormenta invernal ha golpeado el este de Estados Unidos, afectando a más de 60 millones de personas con condiciones de ventisca, hielo y vientos huracanados. Se han declarado estados de emergencia en Kentucky, Missouri y Virginia, mientras los meteorólogos advierten que algunas áreas enfrentarán la mayor nevada en una década.
La tormenta ha causado graves interrupciones en los viajes, incluyendo el cierre temporal del Aeropuerto Internacional de Kansas City. Las temperaturas podrían descender por debajo de los -18 °C, y se esperan lluvias heladas y aguanieve en varios estados, lo que podría generar apagones masivos y condiciones peligrosas en carreteras.
Los científicos atribuyen el aumento de estos eventos extremos al cambio climático, mientras que autoridades como el gobernador de Kentucky advierten sobre los riesgos de la tormenta para comunidades aún afectadas por desastres previos, como el huracán de septiembre pasado.