Las fuerzas talibanes afganas llevaron a cabo ataques en «varios puntos» más allá de la Línea Durand, que separa Afganistán de Pakistán, en represalia por bombardeos aéreos paquistaníes realizados días antes. Aunque el Ministerio de Defensa afgano evitó referirse directamente a Pakistán, afirmó que los ataques estaban dirigidos contra escondites de «elementos maliciosos».
Los enfrentamientos en la frontera entre ambas naciones, especialmente en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa y Khost, dejaron al menos un soldado paquistaní muerto y siete heridos.
La tensión escaló luego de que Pakistán matara a 46 personas, principalmente mujeres y niños, en ataques aéreos que buscaban objetivos insurgentes, según Islamabad.
La relación entre ambos países sigue deteriorándose, con acusaciones mutuas sobre el respaldo a grupos insurgentes. Pakistán insiste en que los talibanes afganos permiten operaciones del TTP desde su territorio, mientras los talibanes rechazan esta acusación. La situación marca un nuevo punto crítico en la ya conflictiva región.