SpaceX alcanzó un nuevo hito en la carrera espacial con el exitoso quinto vuelo de prueba del Starship, el cohete más grande jamás construido. El logro más destacado fue la recuperación controlada de la primera fase de la nave, que descendió desde la estratosfera para posarse en la misma plataforma de lanzamiento con ayuda de una grúa, conocida como “chopsticks”, diseñada para reutilizar esta parte del cohete.
El despegue ocurrió poco antes de las 7:30 a.m. desde la base de Boca Chica, Texas. Impulsado por 39 motores Raptor, el Starship logró poner en órbita su módulo principal, marcando un avance en la tecnología espacial. Durante el vuelo, el sistema Starlink permitió mantener comunicación constante con el módulo durante su reentrada, una primicia en los vuelos espaciales.
Aunque el módulo sobrevivió las duras condiciones de la reentrada y amerizó en el océano Índico, se esperaba que explotara al final de la misión, como parte de la prueba. Este ensayo reafirma la visión del fundador Elon Musk de llevar a la humanidad a la Luna y Marte, con la esperanza de establecer colonias permanentes en estos cuerpos celestes.