Alrededor de 200 soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) firmaron una carta en la que manifiestan su decisión de abandonar la lucha si el Gobierno israelí no garantiza un alto al fuego en la Franja de Gaza, según informó la agencia AP el lunes.
En entrevistas concedidas a la agencia estadounidense, siete de los soldados explicaron las razones detrás de su negativa, describiendo prácticas dentro del ejército que consideran inmorales, como órdenes para demoler casas que no representaban amenazas, saqueos en propiedades palestinas y una política que, según ellos, “deshumaniza a los palestinos”.
Yotam Vilk, un oficial del cuerpo blindado, compartió su experiencia en Gaza, donde recibió la orden de disparar a cualquier persona que ingresara sin autorización israelí a la franja de contención gazatí. Relató cómo fue testigo del asesinato de un adolescente desarmado, un episodio que lo marcó profundamente.
“Murió como parte de una historia más grande, como parte de la política de no ver a los palestinos como personas”, dijo Vilk.
El oficial señaló que las tropas israelíes dispararon advertencias al adolescente, pero al no detenerse, le dispararon fatalmente. Además, mencionó que otras personas fueron abatidas en el corredor Netzarim, una zona que divide al norte y sur del enclave, a menudo sin verificar si portaban armas.
Los soldados que firmaron la carta señalaron que hablar contra el ejército es poco común, ya que se les prohíbe participar en actividades políticas. Sin embargo, la magnitud de las atrocidades presenciadas los llevó a desafiar esta norma. Afirman que su protesta es apenas “la punta del iceberg” y que más elementos del ejército podrían unirse a su causa.
La negativa de los soldados ocurre mientras se reporta un avance en las conversaciones de paz en Doha, mediadas por líderes internacionales como el presidente saliente de EE. UU., Joe Biden, y el mandatario electo, Donald Trump, quienes buscan concretar un acuerdo antes del 20 de enero.
La situación en Gaza sigue siendo devastadora, con más de 46,000 muertos, en su mayoría mujeres y niños. Grupos de derechos humanos han acusado a Israel de crímenes de guerra y genocidio. Además, la justicia brasileña anunció una investigación contra un soldado israelí por su presunta participación en actos violentos durante el conflicto.
La carta de los soldados refleja un creciente descontento dentro de las filas militares israelíes, poniendo de manifiesto las divisiones internas y aumentando la presión sobre el Gobierno israelí para detener la ofensiva. “No podemos seguir combatiendo bajo estas condiciones”, es el mensaje que buscan transmitir al mundo y a su propio país.