Las autoridades rusas han acusado a Ucrania de planear una provocación en el mar Báltico con el objetivo de culpar a Moscú y forzar una respuesta de la OTAN.
Según el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), Kiev, con el respaldo de sus aliados occidentales, pretende detonar un buque extranjero utilizando minas de fabricación rusa para justificar medidas que bloqueen el acceso marítimo de Rusia. Esta acción, afirman, buscaría generar una escalada del conflicto y empujar a la Alianza Atlántica hacia una confrontación directa con Moscú.
Además de esta supuesta estrategia marítima, el SVR advierte que Ucrania también estaría preparando una serie de atentados contra figuras de la oposición rusa en el extranjero.
Según el informe, estos ataques serían ejecutados por personas reclutadas en Asia y Medio Oriente, quienes, en caso de ser capturados, deberían declarar que operaban bajo órdenes de los servicios de seguridad rusos. De confirmarse estas acusaciones, se trataría de un intento de desacreditar aún más a Rusia en el escenario internacional y prolongar las hostilidades más allá del territorio ucraniano.
El comunicado del SVR subraya que el gobierno de Volodímir Zelenski está dispuesto a realizar cualquier maniobra para evitar negociaciones de paz y prolongar el conflicto.
Desde Moscú, se advierte que Europa corre el riesgo de verse arrastrada a una crisis mayor si permite que Kiev continúe con estas supuestas provocaciones.
Sin embargo, hasta el momento, no se han presentado pruebas concretas que respalden estas afirmaciones, mientras que Ucrania y sus aliados occidentales han desestimado tales acusaciones como parte de la narrativa propagandística del Kremlin.