El grupo rebelde M23, respaldado por Ruanda, anunció un alto el fuego unilateral en el este de la República Democrática del Congo (RDC) por razones humanitarias.
La decisión llega tras la toma de Goma, donde la ONU estima que al menos 900 personas murieron y cientos de miles han sido desplazadas. A pesar del cese de hostilidades, el gobierno congolés aún no ha respondido y no está claro si el ejército respetará la tregua.
El M23 aseguró que no tiene intenciones de capturar la ciudad de Bukavu ni otras áreas, aunque reiteró su compromiso de «proteger y defender a la población civil». Mientras tanto, se han intensificado los llamados internacionales para establecer un corredor humanitario y permitir la evacuación de los civiles atrapados en los enfrentamientos.
El anuncio del alto el fuego ocurre antes de una cumbre regional en la que se espera la participación de los presidentes de la RDC y Ruanda.
Sin embargo, hasta ahora, Félix Tshisekedi y Paul Kagame han evitado asistir a las conversaciones de paz. El conflicto, que tiene raíces en disputas étnicas y el control de los recursos minerales, sigue generando una crisis humanitaria en la región.