El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó este martes que el país enfrenta un intento de golpe de Estado encabezado por el comandante general del Ejército boliviano, Juan José Zuñiga. En una dramática declaración televisada, Arce expresó: «No voy a permitir esta insubordinación» y llamó a los ciudadanos a movilizarse para defender la democracia.
Las declaraciones de Arce se dieron luego de que tropas militares, fuertemente armadas, tomaran el control de la Plaza Murillo, corazón político de La Paz. El presidente, desde la Gran Casa del Pueblo, urgió al pueblo boliviano a organizarse y salir a las calles para oponerse al golpe.
Acompañado por miembros de su gabinete, Arce afirmó: “No podemos permitir, una vez más, intentos de golpes de Estado que se cobren vidas bolivianas”. El mensaje fue respaldado con vítores de “¡Viva el pueblo de Bolivia! ¡Viva la democracia!” por parte de los ministros presentes.
El mandatario posesionó la tarde de este miércoles al nuevo Alto Mando Militar, en medio del intento de golpe de Estado.
Así, José Sánchez se convirtió en el nuevo comandante del Ejército. Al mismo tiempo, Gerardo Sabala fue nombrado nuevo jefe de la Fuerza Aérea, y Wilson Guardia pasó a ser jefe de la Armada
Las unidades militares que tomaron los alrededores de la plaza Murillo, en la capital de Bolivia (La Paz), ya se retiran del lugar luego de que el nuevo alto mando militar ordenara su repliegue.
En varios videos y fotografías se observa el momento en que los efectivos abandonan el sitio, luego de haber tomado el Palacio Presidencial bajo las órdenes del destituido comandante Juan José Zúñiga.
El incidente ha suscitado reacciones inmediatas de líderes latinoamericanos y europeos. La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente venezolano, Nicolás Maduro, expresaron su apoyo incondicional a Arce. Maduro instó a los bolivianos a defender su democracia y condenó el intento de golpe como un acto de «fascismo» y «putchismo».
Por otro lado, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y el presidente conservador de Paraguay, Santiago Peña, condenaron los hechos que amenazan el orden democrático en Bolivia. Desde Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva enfatizó la necesidad de que prevalezca la democracia en América Latina.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ofreció refugio a los perseguidos por el levantamiento y anunció la suspensión de relaciones diplomáticas con cualquier régimen resultante del golpe. En Chile, el presidente Gabriel Boric denunció el uso inaceptable de la fuerza por parte de sectores del ejército boliviano.
Desde Europa, el primer ministro español, Pedro Sánchez, pidió el respeto a la democracia y condenó enérgicamente los movimientos militares en Bolivia.
La situación continúa desarrollándose con incertidumbre, mientras el gobierno de Arce busca consolidar el apoyo interno y externo para contrarrestar lo que ha calificado como un intento de golpe de Estado.