El Gobierno argentino anunció su plan de shock con el que intentará refundar la economía de ese país y librarse, de acuerdo a las propias palabras presidenciales, del “colectivismo”, el programa fue comunicado por el ministro de Economía, Luis Caputo.
El “plan motosierra” contempla un fuerte ajuste fiscal que busca alcanzar el déficit cero en un mediado plazo, una fuerte devaluación del peso, la moneda local, del 118%, la liberación de los precios de los combustibles y el transporte público, las tarifas de luz, gas y agua, el sistema de salud privada y los productos de consumo.
Además, se promoverá una apertura irrestricta de las importaciones, una reducción de los ministerios de 18 a nueve y de dinero a las provincias, y un fortalecimiento de las políticas sociales sin intermediarios políticos para los que sufrirán el tsunami económico. Los salarios, se admitió, quedarán pulverizados.
“Estamos frente a la peor herencia de la historia, con déficit fiscal del 5% del PIB y un Banco Central sin dólares, y una inflación que castiga a los argentinos todos los días. Si seguimos como estamos vamos camino a una hiperinflación. Nuestra misión es evitar esta catástrofe”, indicó Caputo.
“El gran problema es el déficit fiscal: gastamos más de lo que se recauda. Nunca hemos resuelto el problema. Somos adictos al déficit y por eso caemos en crisis recurrentes y buscar falsos culpables a lo largo de 100 años. Lo que venimos a hacer es solucionar esto de raíz”.
Caputo valoró el coraje de Milei de poner en marcha el programa. “Llega al Gobierno un candidato que explica esto y la gente lo vota. Estamos frente a una oportunidad histórica porque logró que la sociedad entendiera que no hay más dinero”.
El ministro no dudó en reconocer que se vienen días muy difíciles. “Vamos a estar durante unos meses peor que antes. Es preferible decir una verdad incómoda que una mentira confortable. El presidente nos pidió que nos enfoquemos en los que más sufren. Vamos a duplicar los planes de asistencia alimentaria y de dinero a las familias”.
El plan de shock del Gobierno argentino, conocido como «plan motosierra», busca refundar la economía con ajustes fiscales y devaluación del peso.
Según el ministro de Economía, Luis Caputo, el objetivo es alcanzar el déficit cero a mediano plazo y evitar una crisis económica mayor.
El ajuste incluye la liberación de precios en varios sectores, la apertura irrestricta de importaciones y una reducción drástica de ministerios.
La medida contempla la pulverización de salarios y una revisión profunda de políticas sociales, sin intermediarios políticos.
La decisión de promover un ajuste tan drástico ha generado preocupación y críticas, especialmente en lo que respecta al impacto en los ciudadanos.
La liberación de precios de combustibles, transporte público y servicios esenciales plantea desafíos adicionales para el bolsillo de la población.
La apertura irrestricta de importaciones podría afectar a la industria nacional y generar desafíos para sectores productivos locales.
La valoración del «coraje» de implementar este programa ha sido mencionada, pero la sociedad se enfrenta a una etapa de incertidumbre económica.
La admitida pulverización de salarios plantea retos significativos para los trabajadores y sus condiciones de vida.
La crisis heredada se presenta como la peor de la historia, según Caputo, y la misión es evitar una hiperinflación a través de medidas drásticas.
El reconocimiento de la adicción al déficit fiscal en la historia argentina y la búsqueda de una solución de raíz marcan el enfoque del plan.
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¡Qué locura! ¿Y si la devaluación es parte de un plan secreto para mejorar la economía?
¡Vaya teoría de conspiración! Prefiero creer en políticas económicas fundamentadas en datos reales y no en supuestos planes secretos. La devaluación solo genera incertidumbre y afecta a la población. Mejor buscar soluciones reales y transparentes. ¡No caigamos en la paranoia!
¡Qué locura de decisión! ¿Será que Milei tiene un as bajo la manga?