Los gobiernos paraguayo y venezolano anunciaron el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas y consulares, suspendidas en enero de 2019, cuando Asunción reconoció al diputado opositor Juan Guaidó como mandatario electo de la nación caribeña.
«La República de Paraguay y la República Bolivariana de Venezuela anuncian que, luego de conversaciones entre los presidentes Santiago Peña y Nicolás Maduro Moros, han decidido restablecer las relaciones diplomáticas y consulares entre ambas naciones, así como la acreditación de embajadores de manera recíproca en los próximos días», cita un comunicado divulgado por la Cancillería paraguaya.
El texto indica que las partes se comprometieron a reiniciar sus nexos bilaterales con total apego a los principios fundamentales de igualdad de derechos, la autodeterminación de los pueblos, la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados y la solidaridad.
«En esta nueva etapa de renovado relacionamiento, ambos gobiernos manifiestan su interés de avanzar en la buena convivencia que nos permita consolidar las buenas relaciones entre los Estados y preservar la natural amistad y solidaridad entre nuestros pueblos», culmina la nota.
Se recuerda que, en mayo pasado, el entonces presidente electo Peña afirmó en Brasil que restablecería las relaciones de su país con Venezuela sin ninguna condición. En aquella ocasión, Peña precisó que el restablecimiento de relaciones con Caracas no le impediría tener una posición crítica sobre la situación política y electoral en Venezuela.
El restablecimiento de relaciones entre Paraguay y Venezuela es una señal positiva de diálogo y diplomacia.
La reanudación de relaciones diplomáticas y consulares es un paso significativo hacia la normalización de los vínculos entre las naciones.
La acreditación de embajadores de manera recíproca subraya el deseo de ambas partes de fortalecer los lazos a nivel oficial.
La comunidad internacional puede ver en este acto un ejemplo de resiliencia y voluntad de construir un futuro más positivo y colaborativo.
La reconciliación diplomática muestra la madurez política y la capacidad de adaptación de las naciones ante desafíos históricos.
La nueva etapa de relacionamiento abre oportunidades para colaboración en áreas de interés común y beneficio mutuo.
La cooperación bilateral basada en principios fundamentales es esencial para la estabilidad y prosperidad de ambas naciones.
El presidente Peña reitera su posición crítica sobre la situación en Venezuela, demostrando que el diálogo no impide expresar opiniones.