El Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), liderado por el ex primer ministro Imran Khan, ha anunciado su retiro de las negociaciones con el gobierno de Pakistán, lo que agrava aún más el estancamiento político que afecta al país desde la destitución de Khan en 2022.
Tras tres rondas de conversaciones, el PTI presentó varias demandas, incluidas la creación de comisiones judiciales para investigar eventos violentos ocurridos en mayo de 2023 y noviembre de 2024, pero el gobierno no ha cumplido con estas solicitudes. Como resultado, el partido decidió cesar las conversaciones, lo que podría llevar a nuevas protestas callejeras y una escalada en las tensiones políticas.
El gobierno, por su parte, ha expresado sorpresa ante la decisión repentina del PTI de retirarse, afirmando que las consultas seguían en curso y que no se había tomado una decisión final sobre la formación de las comisiones judiciales.
A pesar de los avances en las conversaciones, los analistas han señalado que el PTI perdió una oportunidad clave al retirarse sin esperar a que se agotaran todas las opciones. Algunos expertos creen que, al abandonar las negociaciones, el PTI podría haber debilitado su posición, ya que ahora no tiene la autoridad moral para presionar al gobierno en futuras rondas de diálogo.
El PTI ya ha anunciado que continuará con sus protestas en las calles, y se espera que puedan intensificar las movilizaciones, especialmente en un contexto de creciente descontento popular y de tensiones políticas.
Mientras tanto, el gobierno ha advertido que responderá con fuerza si las protestas se tornan violentas. Los próximos días serán cruciales para determinar si el PTI opta por nuevas agitaciones o si se abren nuevas vías de diálogo para resolver la crisis política en el país.