El líder de la oposición en Australia, Peter Dutton, retiró una propuesta que buscaba eliminar el teletrabajo para empleados públicos, tras una ola de críticas. La medida era parte de su plan electoral para aumentar la eficiencia gubernamental, pero fue acusada de afectar especialmente a las mujeres.
Dutton reconoció el error públicamente y se disculpó, asegurando que la política fue malinterpretada y solo iba dirigida a trabajadores de Canberra.
La ministra de Finanzas en la sombra, Jane Hume, confirmó que la coalición ya no propone cambios en los esquemas de trabajo flexible, y aclaró que tampoco se contemplan despidos forzosos entre los 41,000 recortes proyectados en la función pública.
En su lugar, la coalición buscaría una reducción progresiva mediante congelación de contrataciones y desgaste natural en un período de cinco años.
El oficialismo aprovechó el retroceso de la oposición para cuestionar la coherencia de Dutton, sugiriendo que está improvisando durante la campaña. El tema del teletrabajo ha generado debate a nivel global, pero en Australia, donde el alto costo de vida es una preocupación central, la propuesta fue particularmente mal recibida por la ciudadanía.
Dutton tiró la piedra y ahora quiere esconder la mano. ¡Tarde ya, jefe!
¿Que solo era pa’ Canberra? ¡Pero el país entero oyó lo que tú dijiste, manito!
Jane Hume vino a apagar el fuego, pero ya ese arroz se quemó.
El que improvisa en campaña, gobierna como un relajo. Y eso se está notando.
¿Recortes sin despidos? Eso suena a promesa de político en campaña.