Nicaragua puso en vigor una reforma constitucional que otorga un poder absoluto a Daniel Ortega y a su esposa Rosario Murillo, ahora con el título de «copresidenta».
La nueva normativa, que ha sido rechazada por la comunidad internacional, elimina el balance de poderes, amplía el período presidencial a seis años y permite la designación de vicepresidentes sin necesidad de elecciones. También establece la intervención del Ejército en apoyo a la Policía cuando el Ejecutivo lo determine.
Entre los cambios más polémicos, la reforma legaliza la apatridia, crea fuerzas militares y policiales de reserva, y otorga a la Presidencia el control total sobre todos los órganos del Estado.
Además, impone restricciones a los medios de comunicación para evitar que sean «sometidos» a intereses extranjeros o difundan información considerada falsa. También declara al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como un símbolo patrio.
Ortega, en el poder desde 2007, ha impulsado 12 reformas constitucionales para perpetuarse en el cargo. La comunidad internacional y la oposición nicaragüense advierten que esta nueva enmienda consolida una dictadura y oficializa la represión en el país.
Grupos de derechos humanos denuncian que las fuerzas creadas en esta reforma podrían ser usadas para reprimir cualquier manifestación en su contra.
Eso ya no es una presidencia, eso es un reinado moderno
Rosario Murillo con título de «copresidenta», ya tú sabes quién manda también
Con esa reforma, Ortega se aseguró de quedarse ahí hasta que él quiera
Ahora el Ejército es como su guardia personal legalizada
Lo del FSLN como símbolo patrio está fuera de liga, ¿y los demás qué?
Los medios de comunicación no van a poder decir ni pío contra ellos
Ya eso es una dictadura en HD y sin disimular
Si antes había control, ahora es que no hay brecha pa’ nadie
Se están blindando con leyes para hacer lo que les dé la gana
Eso de crear fuerzas de reserva suena más a un escuadrón de represión
Ya ni elecciones de vicepresidentes, se los ponen a dedo
Nicaragua parece que volvió a los tiempos de Somoza, pero versión 2.0