Elon Musk ha denunciado la existencia de pagos fraudulentos en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, los cuales, según sus cálculos, ascienden a 50.000 millones de dólares anuales.
El magnate afirma que una gran parte de los beneficios sociales se están destinando a personas sin número de seguro social ni identificación temporal, lo que, en su opinión, representa un fraude evidente.
Para abordar este problema, Musk ha propuesto medidas para mejorar el control de los pagos gubernamentales, como la obligación de incluir una justificación detallada en cada transacción.
Entre las nuevas normativas impulsadas por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigido por Musk, se exigirá que todos los pagos del Gobierno cuenten con un código de categorización que facilite las auditorías.
Actualmente, según el empresario, muchas transacciones carecen de esta información, lo que hace casi imposible su fiscalización. Además, se actualizará periódicamente la lista de entidades fraudulentas o sospechosas, incluyendo aquellas vinculadas a organizaciones terroristas, personas fallecidas o empresas fachada.
Estas denuncias llegan en medio de un conflicto legal, luego de que un tribunal federal restringiera el acceso del equipo de Musk a los sistemas de pago del Tesoro.
La decisión judicial responde a una demanda presentada por sindicatos y jubilados, quienes argumentan que las medidas del DOGE pueden vulnerar la privacidad de los beneficiarios.
Mientras tanto, el debate sobre la transparencia y el control del gasto público en EE.UU. sigue intensificándose con la polémica generada por Musk.