Salió a la luz un nuevo informe que revela que las mujeres que sirven en las unidades de las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército de EE.UU enfrentan actitudes discriminatorias, incluyendo acoso sexual y sexismo, por parte de algunos de sus compañeros varones, así como otros problemas, anunció este lunes AP.
La investigación, que fue llevada a cabo hace dos años por el Comando de Operaciones Especiales de las Fuerzas Armadas estadounidenses (USASOC, por sus siglas en inglés), descubrió que aún persisten comentarios «abiertamente sexistas» de miembros masculinos dirigidos a las soldados de élite, además de amplios prejuicios de género.
Asimismo, se precisó que «la gran mayoría» de los actos de aversión hacia las mujeres que se produjeron en las ARSOF fueron cometidos por «suboficiales de alto rango». A su vez, el 40 % de las soldados encuestadas indicaron que el sesgo de género representa «un desafío» en su lugar de trabajo.
Además, se constató que casi la mitad de los miembros femeninos de la USASOC había experimentado problemas relacionados con el equipo, puesto que los chalecos antibalas, los cascos de combate y mochilas son demasiados grandes para las mujeres de menos de 165 centímetros de altura.
En la evaluación, la mayoría de las mujeres afirmaron haber sufrido algún tipo de acoso sexual mientras estaban asignadas a una unidad de la ARSOF. Sin embargo, solo el 30 % calificó este problema como un desafío y algunas pocas comentaron que estaban dispuestas a denunciarlo. Una de las razones que alegaron las mujeres para no presentar sus denuncias es que temían represalias, además de que no confiaban en que sus superiores tomaran las medidas adecuadas.
«Este es un estudio que impulsa el cambio», indicó el comandante de la USASOC, Jonathan Braga, quien reiteró que aún falta «un largo camino por recorrer» para cambiar esta situación en las Fuerzas Armadas.
El Pentágono abrió hace ocho años todos los puestos de combate a las mujeres. Actualmente, 2.200 mujeres soldados sirven en el USASOC, incluidas las que están en unidades como los Boinas Verdes y los Rangers, lo que representa alrededor del 8 % de los 29.000 soldados en servicio. Además, se tienen contabilizadas 427 mujeres civiles que también trabajan en las fuerzas especiales.
Es inaceptable que en pleno siglo XXI las mujeres en las Fuerzas de Operaciones Especiales aún enfrenten discriminación. Se necesita un cambio urgente en la cultura militar.
Es alentador que se haya revelado esta problemática, pero es decepcionante que el acoso y el sexismo persistan en las fuerzas armadas. Las mujeres merecen respeto y igualdad.
Apoyo a las mujeres valientes en las Fuerzas de Operaciones Especiales. Es hora de erradicar el machismo y el acoso en el ejército para lograr un ambiente equitativo.
Critico la falta de progreso en la eliminación del acoso y el sexismo en las Fuerzas Armadas. Las acciones deben ser más enérgicas para cambiar esta cultura tóxica.
Los datos son alarmantes y ponen en evidencia la urgencia de un cambio profundo en las Fuerzas de Operaciones Especiales. Las mujeres merecen igualdad y seguridad.
Es positivo que el informe saque a la luz esta problemática, pero es inaceptable que las mujeres enfrenten obstáculos por su género en el ejército.
Apoyo a las mujeres valientes que enfrentan estas adversidades. La inclusión y la equidad deben ser prioridades en las Fuerzas de Operaciones Especiales.
Resulta desalentador que las actitudes sexistas persistan en un entorno tan profesional. Es esencial que se tomen medidas efectivas para cambiar esta situación.
Las cifras son impactantes y deben ser un llamado a la acción. La igualdad de género debe prevalecer en todas las ramas del ejército.
Es decepcionante que incluso en las fuerzas especiales persistan estos comportamientos. El respeto y la igualdad deben ser fundamentales en cada unidad.
El machismo y el acoso no tienen cabida en ningún entorno, menos aún en el ejército. Las mujeres merecen respeto y un ambiente seguro.
Resulta inaceptable que altos suboficiales sean responsables de gran parte del acoso. La cadena de mando debe tomar medidas para erradicar este comportamiento.
Es alentador que se estén revelando estas injusticias, pero es crítico que se tomen medidas concretas para proteger a las mujeres en el ejército.
El sesgo de género y el acoso no deberían ser desafíos en un lugar de trabajo profesional. Se requiere un cambio cultural urgente.
Apoyo a las mujeres que luchan contra esta situación. La transformación en las Fuerzas Armadas es necesaria para eliminar estas actitudes discriminatorias.
Es inadmisible que las soldadas tengan problemas con el equipo debido a su talla. La infraestructura debe ser adaptada para garantizar la seguridad de todos.
La falta de denuncias es un claro indicio de la falta de confianza en el sistema. Las víctimas deben sentirse protegidas y respaldadas al denunciar.
El comandante tiene razón: queda un largo camino por recorrer. La cultura militar debe evolucionar para garantizar un ambiente seguro y equitativo.
Es positivo que se haya abierto el acceso a las mujeres, pero la lucha por la igualdad no termina allí. El cambio debe ser profundo y duradero.
La presencia femenina en las Fuerzas de Operaciones Especiales es importante. Sin embargo, es necesario abordar estos problemas para lograr un entorno justo.