Una multitud de panameños marcharon este miércoles por las calles de la capital para protestar por la aprobación de un contrato que permite a la compañía canadiense First Quantum Minerals operar en Panamá la mina de cobre más grande de Centroamérica.
Ondeando banderas panameñas, maestros, médicos, estudiantes, obreros y trabajadores de otros gremios recorrieron céntricas avenidas y calles de la capital, exigiendo la derogación del contrato firmado entre el Estado y la empresa First Quantum Minerals.
Agentes antimotines lanzaron gases lacrimógenos en algunas zonas exclusivas como Paitilla y Punta Pacífica para dispersar la marcha. Las autoridades no informaron en lo inmediato de heridos o detenidos.
La manifestación, que comenzó en la tarde y continuó tras caer la noche, paralizó la circulación vehicular en varias zonas de Ciudad de Panamá, mientras que en otras regiones del país hubo protestas menores y bloqueos de rutas.
«Panamá sin minería», «Esta lucha sigue, cueste lo que cueste», se leía en pancartas que portaban los manifestantes.
Las protestas estallaron el viernes después de que el presidente Laurentino Cortizo sancionara la ley que establece el contrato minero, aprobada pocas horas antes por el Congreso.
Pero el movimiento se concentró este miércoles en una gran marcha en la capital, de unas 5.000 personas e incluso mucho más, según estimaciones de los medios de comunicación locales.
En este país centroamericano, de 4,2 millones de habitantes, las protestas son inusuales, más aún las multitudinarias.
«Este contrato está violentando nuestros derechos y para nuestras futuras generaciones no vamos a tener un país con flora y fauna. No vamos a tener nada», indicó Yemeníes Muñoz, empleada bancaria de 26 años.