La situación en el conflicto entre Rusia y Ucrania sigue escalando, con cifras de muertos que ya superan los 70.000 soldados rusos, según un análisis realizado por la BBC.
Un dato impactante es que la mayoría de las bajas recientes provienen de voluntarios civiles que se unieron a las fuerzas rusas desde el inicio de la guerra.
Este grupo, muchos de ellos provenientes de zonas económicamente deprimidas, representa ahora el mayor número de fallecidos.
Los voluntarios, que se alistan en parte por los salarios mucho más altos que los ofrecidos en otras ocupaciones, son enviados a las zonas de combate más peligrosas, especialmente en la región de Donetsk.
Las condiciones de combate, el equipamiento deficiente y la falta de entrenamiento adecuado contribuyen a las altas cifras de muertos.
A pesar de las promesas de incentivos, los relatos de soldados y voluntarios muestran un panorama sombrío, con reclutas que muchas veces se encuentran mal preparados y enfrentando la brutal realidad del campo de batalla sin el equipo adecuado.