El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, anunció que asumirá como jefe interino de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), con el objetivo de poner fin a lo que calificó como “insubordinación” dentro de la entidad.
Desde El Salvador, Rubio señaló que la falta de alineación con las prioridades del gobierno ha dificultado la posibilidad de hacer una revisión profunda de la agencia, que maneja un presupuesto de 42,800 millones de dólares destinados a asistencia humanitaria y desarrollo.
Rubio, quien en el pasado apoyó la ayuda exterior como senador, ahora sostiene que Usaid ha operado como una “entidad no gubernamental independiente” y que algunos de sus programas van en contra de la estrategia nacional de la administración Trump.
Su nombramiento se produce tras la decisión del presidente de congelar las ayudas internacionales por 90 días, mientras se evalúa si los fondos responden a los intereses del país.
En paralelo, Elon Musk, aliado clave de Trump, ha calificado a Usaid como una “organización criminal”, mientras que el mandatario la tildó de estar dirigida por “lunáticos radicales”.
El futuro de Usaid sigue en el aire mientras la administración republicana revisa sus operaciones y recortes de financiamiento. La agencia, creada por el Congreso en 1961, ha jugado un papel clave en la asistencia global, pero su estructura y funcionamiento están bajo un escrutinio sin precedentes.
Con Rubio al frente, se espera una reestructuración que podría redefinir el papel de EE.UU. en la cooperación internacional.