El gobierno libanés teme que Israel no cumpla con el plazo del 18 de febrero para retirar completamente sus tropas del sur del país, como establece el acuerdo de alto el fuego con Hezbolá. Un funcionario israelí confirmó que el ejército mantendrá presencia en cinco puntos estratégicos dentro de territorio libanés, lo que ha generado rechazo en Beirut.
Mientras tanto, Israel ha seguido realizando ataques en el Líbano, incluyendo un bombardeo con drones en Sidón que mató a un alto funcionario de Hamás. También se reportaron ataques en Kfarchouba y Odaisseh, donde viviendas fueron incendiadas.
Hezbolá debía retirarse al norte del río Litani y desmantelar su infraestructura militar en el sur, pero Israel lo acusa de no cumplir con el acuerdo. En este contexto, fuentes en el Líbano aseguran que Estados Unidos podría haber dado un visto bueno tácito para extender la presencia israelí en la zona.
Israel no suelta ni un palmo de tierra fácil, eso se sabía desde el principio.
Ese acuerdo de alto el fuego parece más papel mojado que otra cosa.
Si EE.UU. dio luz verde, ya se sabe que Israel no se va a mover tan rápido.
El Líbano habla, pero Israel actúa, y los ataques no han parado.
En Sidón no hay tregua que valga, los drones siguen haciendo su trabajo.
Israel siempre encuentra una excusa para quedarse donde le conviene.
Hezbolá tampoco se mueve tan fácil, ese pleito tiene para largo.
Beirut está preocupado, pero sin respaldo internacional poco puede hacer.
Líbano se queja, pero el que tiene la fuerza es Israel.
Los acuerdos en Medio Oriente siempre tienen una parte que nadie cumple.