Hoy en día se habla por diferentes medios sobre el concepto de soberanía, la cual se aplica en diferentes ámbitos tales como: soberanía política, alimentaria, militar, tecnológica, económica, financiera, territorial, datos, entre otras.
De acuerdo a diversas fuentes, la palabra proviene de la voz latina “super omnia”, que significa «sobre todo» o «poder supremo», que también tiene como sinónimo a la palabra latina «principatus», que proviene de la voz latina «primus inter pares», que significa «primero entre pares» o «principal».
En los seis libros de la República (J. Bodin, 1576), soberanía es el «poder absoluto y perpetuo de una República». Donde especifica que el Soberano es quien tiene el poder de decisión, de dar las leyes sin recibirlas de otro, es decir, aquel que no está sujeto a leyes escritas, pero sí a la ley divina o natural.
La soberanía de los datos se refiere al concepto de que los datos están sujetos a las leyes y la gobernanza del país y/o región en que se recogen, procesan y almacenan.
En una investigación realizada por Gartner (2020), documentaron que están para este 2023, el 65% de la población mundial tendrá su datos personales cubiertos por leyes de privacidad y cada año aumenta el porcentaje de usuarios de internet preocupados por la privacidad.
Por tanto, el cumplimiento de la soberanía de los datos no es solo una cuestión jurídica o reglamentaria para las empresas, sino también de reputación.
De modo que, la soberanía de los datos es importante desde una perspectiva ética, ya que las organizaciones de hoy en día, deben tener una obligatoriedad en la diligencia que contemple su respeto por los datos personales de sus clientes y la privacidad con la sensibilidad que los rodea.
Concluyo en esta primera entrega que, es un hecho que la soberanía de los datos es un compromiso de Estado y de todos.
Las telefónicas deberían de leer esto.
Muy buena aclaración