Un informe de la ONU reveló que el gobierno de la ex primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, estuvo involucrado en posibles crímenes contra la humanidad en su intento por mantenerse en el poder en 2024.
Según la investigación, cientos de personas fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales, torturas y encarcelamientos arbitrarios, en lo que se describe como una represión sistemática contra manifestantes. Se estima que hasta 1.400 personas murieron en 45 días de protestas, muchas de ellas a manos de las fuerzas de seguridad, con un alto porcentaje de menores entre las víctimas.
El informe detalla que el régimen de Hasina, con el apoyo de su partido y las fuerzas de seguridad, implementó estrategias coordinadas para reprimir la oposición, recurriendo a la violencia extrema.
En medio de las protestas, las fuerzas del orden abrieron fuego contra civiles y llevaron a cabo arrestos masivos, en un intento de consolidar su poder. La ONU advierte que estos actos podrían ser catalogados como crímenes de lesa humanidad, exigiendo rendición de cuentas y justicia para las víctimas.
Tras la caída de Hasina y su exilio en la India, el nuevo gobierno interino de Bangladesh enfrenta su propio escrutinio por presuntas violaciones de derechos humanos.
Organizaciones como Odhikar han denunciado que al menos una docena de personas han muerto bajo custodia en los últimos meses, algunas por tortura o heridas de bala.
Mientras el país sigue sumido en la incertidumbre, la comunidad internacional exige una investigación independiente y un proceso de justicia que garantice que estos crímenes no se repitan.