La guerra civil en Sudán ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes, considerada la peor del mundo por la Unión Africana.
El conflicto entre el gobierno militar y las Fuerzas Paramilares de Apoyo Rápido (RSF) ha desplazado a más de 12 millones de personas y ha exacerbado la escasez de alimentos, con graves consecuencias para la población. La situación es especialmente crítica para los niños, con un aumento del 44% en las hospitalizaciones por desnutrición en 2024.
A pesar de los esfuerzos internacionales, la entrega de ayuda humanitaria sigue siendo un desafío debido a las restricciones impuestas por las RSF, que han bloqueado el acceso a las zonas afectadas.
Las agresiones incluyen ataques a escuelas, hospitales y el reclutamiento forzoso de niños soldados, lo que empeora la situación de los más vulnerables. La ONU y la UA alertan sobre las consecuencias devastadoras de estos abusos y la falta de asistencia médica y humanitaria en las regiones más golpeadas.
La Unión Africana ha hecho un llamado urgente para que se establezca un diálogo político inclusivo entre las partes enfrentadas, destacando que solo una solución política podrá poner fin a la guerra.
Mientras tanto, el gobierno militar sudanés ha propuesto una hoja de ruta para un gobierno de transición, aunque la comunidad internacional sigue presionando para que se resuelva la crisis a través de la cooperación interna y la restauración de la democracia.