Los kurdos en el noreste de Siria celebran un acuerdo con el gobierno central de Damasco, el cual incluye un alto el fuego y la integración de las Fuerzas Democráticas Sirias al Ejército sirio. Este pacto, que marca un paso hacia la estabilidad del país, ha generado esperanza entre los desplazados que anhelan regresar a sus hogares.
El acuerdo llega tras enfrentamientos recientes entre fuerzas gubernamentales y grupos armados, en los que cientos de civiles, principalmente alauitas, fueron asesinados en ataques de venganza.
La ONU ha documentado al menos 111 muertes, pero el número real podría ser mucho mayor. Mientras tanto, miles de sirios han huido hacia el Líbano, revirtiendo la tendencia de retorno de refugiados.
Las autoridades sirias han creado un comité para investigar los crímenes y han prometido justicia. Tanto kurdos como árabes en la región ven el pacto como una oportunidad para acabar con años de violencia y consolidar el control del país bajo una sola autoridad.