Los principales jefes de inteligencia de EE. UU. comparecerán esta semana ante el Senado y la Cámara de Representantes para exponer las amenazas a la seguridad nacional y las estrategias del gobierno de Trump para enfrentarlas.
Entre los funcionarios que testificarán están Kash Patel, director del FBI; John Ratcliffe, director de la CIA; y Tulsi Gabbard, directora de inteligencia nacional. La audiencia se da en medio de revelaciones sobre el envío de planes de guerra en Yemen a un chat grupal donde participaba un periodista.
La administración de Trump ha centrado sus prioridades en el combate al narcotráfico, la lucha contra el crimen violento y el espionaje extranjero, con especial atención en China y los ataques cibernéticos.
Patel advirtió que la amenaza de los narcotraficantes sigue siendo alta, pero aseguró que la seguridad nacional no será ignorada. La audiencia también permitirá conocer cómo se ajustan las estrategias de inteligencia ante un contexto global en constante cambio.
Este proceso se da mientras la Casa Blanca avanza en un acercamiento con Rusia. La semana pasada, Trump sostuvo una conversación con Vladímir Putin en la que acordaron una pausa en los ataques contra infraestructura energética, algo que el gobierno estadounidense considera un paso hacia la paz. A pesar de esto, las tensiones con China y otras potencias siguen marcando la agenda de seguridad nacional.
Oye, pero qué lío tienen esos gringos con su seguridad nacional, siempre en un rebú.
Imagínate, los jefes de inteligencia de Estados Unidos rindiendo cuentas al Congreso, eso es candela pura.
Dicen que están enfocados en el narcotráfico y el espionaje, pero siempre tienen un ojo puesto en China.
El director del FBI, Kash Patel, dice que la amenaza de los narcos sigue alta, pero que no van a bajar la guardia.
Mientras tanto, Trump y Putin hablando de pausar ataques a infraestructuras energéticas, suena a novela de espías.