El ejército israelí ha continuado con sus intensas incursiones en Cisjordania, especialmente en el campo de refugiados de Jenin, donde ha demolido varias viviendas palestinas.
Estas acciones forman parte de una ofensiva militar que comenzó el 21 de enero, y que hasta ahora ha causado la muerte de al menos 25 palestinos, según el Ministerio de Salud de Palestina. Las explosiones de las demoliciones fueron escuchadas por toda la zona, mientras las fuerzas israelíes incrementaron su presencia y vigilancia mediante drones.
Además de las demoliciones, el ejército ha sitiado el Hospital Gubernamental de Jenin, destruyendo la entrada principal y la carretera que conduce al mismo. La ofensiva ha provocado un desplazamiento masivo de la población del campo de refugiados, con cerca del 90% de los residentes huyendo y buscando refugio en aldeas y ciudades cercanas.
La situación ha generado una creciente tensión en la región, con continuos ataques también en otras áreas como Ramallah, Hebrón y Nablus, donde las fuerzas israelíes han agredido y detenido a palestinos, además de atacar equipos de ambulancia.
Los enfrentamientos continúan siendo una fuente de violencia y desplazamiento forzoso para miles de palestinos, y la situación sigue escalando a medida que las incursiones y demoliciones se intensifican. La comunidad internacional observa con creciente preocupación los efectos devastadores de esta ofensiva en la población civil.