Decenas de miles de iraníes conmemoraron el 46 aniversario de la Revolución Islámica de 1979 en Teherán, un evento que este año coincide con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Durante las celebraciones, los manifestantes reiteraron su rechazo a las políticas de Estados Unidos e Israel, exhibiendo pancartas con lemas como «Muerte a EE. UU.» y «Muerte a Israel».
La situación en Irán es crítica debido a las sanciones que han arruinado la economía del país, con el rial cayendo a su nivel más bajo frente al dólar. El líder supremo, el ayatolá Jamenei, se mostró en contra de las negociaciones con EE. UU., argumentando que no son «ni sabias ni honorables».
El presidente reformista Masoud Pezeshkian también adoptó un tono desafiante, afirmando que Irán se encuentra en una «guerra económica total». Según Pezeshkian, las ofertas de diálogo de Trump son solo una fachada mientras continúa aplicando sanciones severas.
Las celebraciones, a pesar de las dificultades económicas, destacaron el apoyo al régimen y la resistencia de la población iraní ante las amenazas externas.
El aniversario de la Revolución Islámica no solo es un día de festividades, sino también de fuerte simbolismo político. Las manifestaciones en la Plaza Azadi de Teherán fueron acompañadas de desfiles militares, donde se exhibieron misiles iraníes como muestra de la fuerza del país frente a las presiones internacionales.
La relación entre Irán y Estados Unidos sigue siendo tensa, marcada por años de enemistad que se remontan a la toma de la embajada estadounidense en 1979, un evento que continúa influyendo en la política de ambos países.