El ex primer ministro de Pakistán, Imran Khan, amenazó con iniciar un movimiento de desobediencia civil a nivel nacional si el gobierno no cumple con dos demandas: liberar a los presos políticos y establecer una comisión para investigar las protestas de 2023 y 2024. Desde prisión, Khan advirtió sobre boicots económicos y restricciones en remesas por parte de paquistaníes en el extranjero, lo que podría impactar gravemente la economía del país.
Este anuncio ocurre tras una violenta represión estatal contra sus recientes protestas y mientras Khan enfrenta múltiples acusaciones legales, incluidas de terrorismo. Analistas señalan que las protestas podrían ser una estrategia para presionar al gobierno y al ejército, quienes continúan bloqueando su regreso a la política activa.