República Dominicana.– En el marco de la celebración del Día del Poder Judicial, el Padre Abraham Apolinario, Vicario Episcopal de Pastoral Social, ofreció una homilía en la Catedral Primada de América en la que destacó la importancia de la justicia como pilar de la paz y la confianza social.
Durante la ceremonia, el padre Apolinario agradeció a Dios por los hombres y mujeres dedicados a impartir justicia, y recordó la bienaventuranza de Jesús: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios” (Mateo 5,9).
La verdad como base de la justicia
El padre Apolinario subrayó que la búsqueda de la verdad es esencial para la impartición de justicia. «Para realizar un juicio justo, es necesario conocer la verdad de los hechos y de las personas involucradas. Sin ella, la justicia pierde su esencia», afirmó.
Citó el ejemplo bíblico del rey Salomón, cuya sabiduría permitió descubrir la verdad en el famoso caso de las dos madres. De igual forma, instó a los jueces dominicanos a ejercer su labor con coraje y a no escatimar esfuerzos en la búsqueda de la verdad.
Un sistema judicial confiable y libre de corrupción
El vicario también expresó su preocupación por la pérdida de confianza en el sistema de justicia dominicano. Señaló que la corrupción y la impunidad, especialmente en casos que involucran a personas influyentes, han debilitado la credibilidad de la justicia.
“Recuperar la confianza perdida supone un largo y escabroso camino. Esto requiere jueces idóneos, independientes, libres de influencias de los poderosos y de las redes sociales”, enfatizó.
Reflexión sobre la violencia y la impunidad
El sacerdote denunció la creciente inseguridad social y los casos de violencia, como linchamientos y ejecuciones extrajudiciales, que afectan al país. Afirmó que estos actos son consecuencia de la desconfianza en el sistema judicial y urgió a los jueces a garantizar un estado de derecho que proteja la vida y la dignidad humana.
Un llamado a la transformación
En su mensaje final, el padre Apolinario apeló a la Suprema Corte de Justicia como garante de la transparencia y la eficacia del sistema judicial. Exhortó a los jueces a combatir la corrupción y la impunidad con valentía, devolviendo al pueblo la esperanza en la justicia.
“El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló”, concluyó, llamando a los asistentes a trabajar unidos por un sistema judicial fundamentado en la verdad y la paz.