La situación sigue siendo delicada, con Israel y Hamás manteniendo posiciones firmes. La propuesta de alto el fuego de Biden parece haber sido acogida con cautela por parte de los militantes palestinos, mientras que Israel insiste en que cualquier acuerdo permanente debe incluir la desmantelación de las capacidades militares y de gobierno de Hamás.
La discrepancia entre la posición de Biden y Netanyahu refleja las complejidades en curso de las negociaciones. Parece que Israel está buscando una solución más integral que aborde las capacidades militares y de gobierno de Hamás, mientras que Biden está tratando de mediar un acuerdo que pueda iniciar un proceso de paz más amplio.
Las negociaciones mediadas por Egipto, Qatar y respaldadas por Estados Unidos han encontrado obstáculos debido a las divergentes posturas. Israel parece estar condicionando la suspensión de la guerra a la liberación de rehenes y luego continuar con la campaña para eliminar la amenaza que percibe de Hamás.
Es comprensible que Hamás busque medidas concretas de Israel para poner fin a la guerra, como la retirada total de las tropas. Esto subraya la necesidad de compromisos tangibles de ambas partes para avanzar hacia la paz.