El director ejecutivo del Centro de Análisis e Investigación de Derechos Humanos (CARDH) de Haití, Gedeon Jean, informó que la organización está suspendiendo provisionalmente su trabajo en el país caribeño debido al peligro inminente para su personal.
Gedeon Jean, que dirige la operación de 16 personas, dijo que un compañero de trabajo que había sido secuestrado el 29 de octubre y liberado el 17 de noviembre había advertido que el grupo que lo secuestró tenía como objetivo a la organización, cuyo trabajo estaba «perturbando» a ciertos sectores.
«Él confirmó que los secuestradores me están atacando directamente», dijo Jean.
“Los informes y análisis del CARDH han demostrado los estrechos vínculos entre el crimen, la política y la economía en Haití, poniendo de relieve a los verdaderos ‘amos’ de la industria del crimen, que no son los líderes de las pandillas».
Estados Unidos y Canadá han sancionado a varios políticos y empresarios acusados de ayudar a financiar bandas.
El CARDH ha publicado informes sobre las condiciones de vida de las personas desplazadas mientras las guerras de pandillas se intensifican en partes de la capital, Puerto Príncipe, los linchamientos de presuntos pandilleros por parte de los grupos vigilantes “Bwa Kale”, los asesinatos de agentes de policía y las evaluaciones de sanciones extranjeras.
Este año hasta septiembre, el CARDH contabilizó 901 secuestros, así como 1.564 asesinatos y un aumento de los secuestros masivos en la región de Bas-Artibonite, al norte de la capital, que advirtió que podría convertirse en un importante centro de pandillas si no se toman medidas.
La situación en Haití es alarmante y es preocupante ver cómo la labor de organizaciones como el CARDH se ve amenazada por aquellos que buscan silenciar la verdad y la transparencia.
La suspensión temporal del trabajo del CARDH debido al peligro para su personal es un claro indicativo de la compleja y peligrosa realidad que enfrentan los defensores de los derechos humanos en ciertos entornos hostiles.
La valentía de aquellos que buscan exponer los vínculos entre el crimen, la política y la economía en Haití es notable, pero también evidencia los riesgos y desafíos extremos que enfrentan al desempeñar su labor.
Los informes del CARDH han sido fundamentales para arrojar luz sobre la situación de las personas desplazadas y los problemas derivados de la violencia en Haití, evidenciando la necesidad urgente de abordar estos problemas de manera integral.
La preocupante cantidad de secuestros y asesinatos documentados por el CARDH es una llamada de atención para tomar medidas inmediatas y efectivas que garanticen la seguridad de la población y la protección de los defensores de derechos humanos.
Esos problemas de Haití nunca se van acabar.
Haití merece que le pongan régimen, pero nadie ha estado dispuesto a bregar con esa magnitud de conflicto.
Los datos recopilados por el CARDH son una llamada de alerta sobre la escalada de la violencia y los desafíos significativos que enfrenta la sociedad haitiana, requiriendo medidas efectivas y un enfoque coordinado para su resolución.
Es un indicio alarmante de la amenaza a la libertad de expresión y de la peligrosa situación en la que se desenvuelven quienes buscan promover la justicia y los derechos humanos en Haití.
Haití tiene una inestabilidad muy grande.
¡Qué exageración! Deberían seguir trabajando, no rendirse ante amenazas. ¡Valientes!
¡Qué fácil hablar desde afuera! No sabes las circunstancias ni el peligro real que enfrentan. Criticar es sencillo, pero ponerse en sus zapatos es otra historia. Aplaudir desde la seguridad de tu pantalla no los hace valientes, solo imprudentes.
¡Qué exageración! Deberían seguir trabajando, no dejar que las amenazas los detengan.
¡Qué falta de empatía! Las amenazas no deben tomarse a la ligera. La seguridad y bienestar de las personas es lo más importante. No se trata de exagerar, sino de protegerse y valorar la vida. ¡Piensa en los demás antes de juzgar!
¡Qué exagerados! Seguro solo buscan atención. Siempre dramatizando todo.