El expresidente surcoreano Yoon Suk-yeol, actualmente suspendido de su cargo, podría enfrentar la pena de muerte o cadena perpetua si se le declara culpable de liderar una insurrección, según informó este domingo la agencia Yonhap.
Los cargos contra Yoon fueron presentados formalmente, acusándolo de ser el “cabecilla de una insurrección”. Este delito, junto con el de traición, está entre los pocos por los que un presidente surcoreano no goza de inmunidad durante su mandato o después de dejar el cargo.
Aunque la pena de muerte sigue vigente en Corea del Sur, el país no ha llevado a cabo ejecuciones desde hace décadas, lo que sugiere que, de ser hallado culpable, Yoon podría recibir cadena perpetua como alternativa.
El caso ha generado un intenso debate político y social en Corea del Sur, con sectores que lo ven como un proceso de justicia y otros que lo califican de persecución política. La decisión final podría marcar un momento crucial en la historia política del país.