Puerto Príncipe. – Centenares de haitianos se manifestaron este domingo en Puerto Príncipe para exigir la destitución del primer ministro, Ariel Henry, acusándolo de incapaz para gobernar el país, haciendo referencia a la endémica crisis sociopolítico y económica que vive actualmente ese país con República Dominicana debido al conflicto por el uso de las aguas del río Masacre, frontera natural entre ambas naciones.
«El objetivo de la marcha es exigir la salida de Ariel Henry. Es un incapaz. Ariel nunca dice nada de los desplazados por la guerra que viven en condiciones difíciles en las calles y en las escuelas», declaró uno de los manifestantes.
La manifestación fue convocada hace unos días por el nuevo partido político Engages pour le Developpement (EDE), dirigido por el ex primer ministro Claude Joseph, feroz opositor al Gobierno en funciones desde que fue destituido.
Durante la protesta, que se dirigió a la residencia del primer ministro, los manifestantes denunciaron el racismo del que han sido objeto recientemente los haitianos residentes en la República Dominicana.
Criticaron al Gobierno dominicano por haber decidido, unilateralmente, cerrar las fronteras del país para obligar a Haití a abandonar la construcción de un canal de riego en el río Masacre, en el noreste del país.
Los manifestantes mostraron su apoyo incondicional a los agricultores de Ouanaminthe (Juana Méndez), a quienes animaron a continuar con la construcción del canal, que regará más de 3.000 hectáreas de tierra en el noreste del país.
El Gobierno dominicano dispuso el cierre, desde el pasado viernes, de la totalidad de la frontera con Haití, tanto terrestre como marítima y aérea, tratando de forzar así la paralización de los trabajos de toma de agua.
El bloqueo fronterizo supone también la suspensión del mercado binacional que se celebra en el municipio dominicano de Dajabón los lunes y los viernes, con el consecuente perjuicio económico para comerciantes y productores de la zona y el desabastecimiento al lado haitiano de la frontera.
Miles de haitianos están abandonando la República Dominicana y hacen largas filas, con sus pocas pertenencias a cuestas, para retornar a su país durante los dos momentos de apertura que se hacen desde el viernes en la frontera, una a las 12.00 del mediodía y otra a las 4.00 de la tarde.
Otras medidas dispuestas por el presidente dominicano, Luis Abinader, fue la paralización de la emisión de visados para los ciudadanos del país vecino y la prohibición expresa de entrada al país de nueve ciudadanos haitianos, entre ellos el considerado «patrocinador» del canal objeto de polémica, Camiel Samson.
Ante estas acciones, el Gobierno de Haití defendió su derecho a explotar sus recursos naturales, señalando que «al igual que la República Dominicana, con la que comparte el río Masacre, tiene pleno derecho a realizar capturas (tomas de agua) allí, de conformidad con el acuerdo (bilateral) de 1929», el mismo texto en el que se ampara el Gobierno dominicano para señalar la supuesta ilegitimidad de las obras.
Aún así, el Ministerio de Asuntos Exteriores haitiano insistió el viernes en la importancia del diálogo para resolver la crisis, que ha llevado a diversas organizaciones de la República Dominicana a criticar duramente las medidas del gobierno de Abinader en represalia al proyecto del canal de riego.
Es positivo que la gente se manifieste por cambios políticos en Haití.
Ariel Henry enfrenta una fuerte oposición debido a la crisis en el país.
Los haitianos merecen un liderazgo efectivo y preocupado por su bienestar.
La situación sociopolítica y económica en Haití es preocupante y debe abordarse con urgencia.
Es comprensible que los haitianos se sientan agraviados por el trato en la República Dominicana.
La protesta destaca la importancia de la gobernabilidad efectiva en Haití.
La rivalidad en torno al río Masacre está afectando gravemente a ambas naciones.
La decisión de cerrar la frontera tiene graves consecuencias económicas y humanitarias.
El apoyo a los agricultores es fundamental para el desarrollo de Haití.
El bloqueo fronterizo afecta negativamente a los comerciantes y productores locales.
Miles de haitianos están sufriendo las consecuencias de la situación en la frontera.
La paralización de emisión de visados y la prohibición de entrada son medidas drásticas.
El derecho de Haití a explotar sus recursos naturales debe respetarse.
Las medidas de represalia del gobierno dominicano deben ser evaluadas cuidadosamente.
Los ciudadanos de ambas naciones merecen vivir en paz y prosperidad.
El acuerdo de 1929 debe ser revisado y actualizado para evitar futuros conflictos.
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