La suspensión de trámites de visa en la embajada estadounidense en Bogotá mantiene a cientos de colombianos en incertidumbre, a pesar de que el gobierno de Gustavo Petro aseguró haber superado la reciente crisis diplomática con Estados Unidos.
Este impasse se originó por la negativa inicial de Colombia a recibir vuelos de deportados en aviones militares estadounidenses, lo que llevó a medidas como la suspensión de visas y posibles sanciones comerciales anunciadas por Donald Trump.
Aunque la Casa Blanca reconoció que Colombia aceptó finalmente los términos, aún no está claro cuándo se restablecerán los servicios consulares para los ciudadanos colombianos.
El presidente Petro, aunque aceptó recibir a los deportados “con dignidad”, expresó su rechazo a que se impongan condiciones y abogó por abordar las causas de la migración ilegal, en lugar de criminalizarla.
La tensión generó preocupaciones en el sector económico colombiano, que depende en gran parte de las exportaciones hacia Estados Unidos.
A pesar de las declaraciones de la Casa Blanca sobre no activar sanciones arancelarias inmediatas, se mantienen restricciones a funcionarios colombianos y mayores inspecciones de bienes provenientes del país hasta que se concrete el primer vuelo de deportados.
Desde 2020, Colombia ha recibido 475 vuelos de deportación desde Estados Unidos, ocupando el quinto lugar entre los países de la región con mayor recepción de retornados.
Estados Unidos sigue siendo el destino principal de los viajeros colombianos, con 1.6 millones de visitantes en el último año.
La incertidumbre sobre los trámites de visa en Bogotá genera frustración entre quienes ya tenían citas programadas, mientras las autoridades de ambos países intentan estabilizar las relaciones y definir acciones futuras.