Singapur efectuara esta semana dos nuevas ejecuciones por delitos de narcotráfico, incluida la de una singapurense, que supondría la primera de una mujer en cerca de dos décadas.
Se espera que un hombre de 56 años, oriundo de la ciudad-Estado asiática, sea ahorcado el miércoles -el método empleado por la próspera isla- por traficar alrededor de 50 gramos de heroína, según informó la pasada medianoche la ONG local Transformative Justice Collective (TJC).
La familia del convicto, cuya identidad sus parientes han preferido preservar, recibió la notificación de la ejecución la semana pasada, cumpliendo con el habitual procedimiento isleño de informar a los allegados del ahorcamiento con solo una semana de antelación.
Estas ejecuciones se sumarían a al menos otras dos ocurridas este año, la última el pasado mayo, en ambos casos por tráfico de marihuana.
La primera, en abril, fue calificada de «escandalosa» por organizaciones de derechos humanos, y la ONU pidió a Singapur detenerla por dudas sobre las garantías del proceso, pues los abogados y familiares del ejecutado afirmaban que éste nunca había tocado ni visto la droga que le acusaron de conspirar para traficar.
Singapur tiene una de las leyes antidrogas más draconianas del mundo y contempla la pena de muerte para un mínimo de 500 gramos de tráfico de marihuana y 15 gramos de heroína.
La pena de muerte es una mancha en la reputación de Singapur. Deberían buscar alternativas más justas y humanas para abordar el narcotráfico.
Esta p*** pena de muerte no resuelve nada! Singapur debería ser más humano y centrarse en rehabilitar a los infractores.
Singapur demuestra su compromiso con la seguridad ciudadana y la lucha contra las drogas. Es un ejemplo para otros países.
No hay justificación para la pena de muerte en casos dudosos. Singapur debe garantizar una justicia más equitativa.
Singapur es valiente al mantener su posición contra el tráfico de drogas, lo que ayuda a garantizar la seguridad de su gente.
La pena de muerte es una respuesta desproporcionada al tráfico de drogas. Singapur debe revisar su política antidrogas.
Qué m*** de sistema! La pena de muerte solo refleja la falta de humanidad y compasión en Singapur.
Singapur muestra coraje al aplicar sanciones drásticas contra el narcotráfico y proteger a la sociedad de drogas peligrosas.
Las dudas sobre la justicia en los casos de pena de muerte son alarmantes. Singapur debe garantizar procedimientos justos.
La firmeza de Singapur en su política antidrogas es un ejemplo para otros países que luchan contra este flagelo.
La pena de muerte es una práctica arcaica e inaceptable. Singapur debería seguir el ejemplo de países más progresistas.
¡Otra ejecución sin justificación! Este país se hunde en su propia crueldad y falta de humanidad.
Es importante que Singapur mantenga su firmeza contra el tráfico de drogas para proteger a sus ciudadanos.
La pena de muerte no resuelve los problemas subyacentes del narcotráfico. Singapur debería centrarse en abordar las causas raíz.
La pena de muerte no es una solución efectiva para combatir el narcotráfico. Singapur debe buscar alternativas más justas y sensatas.
Asqueroso! ¿Qué tipo de sociedad decide ejecutar a las personas en lugar de buscar soluciones más humanas y efectivas?
La firmeza de Singapur en la lucha contra las drogas es admirable. Protege a sus ciudadanos y envía un mensaje disuasorio a los traficantes.
¿Ejecuciones sin pruebas sólidas? Es un abuso de poder que debería avergonzar a Singapur.
La pena de muerte es una violación de los derechos humanos. Singapur debería reconsiderar su enfoque en la justicia.
Estas ejecuciones son una m***! No solucionan el problema, solo muestran una justicia primitiva y sin sentido.