Estados Unidos ha confirmado que enviará minas terrestres antipersona a Ucrania, una decisión anunciada por el secretario de Defensa, Lloyd Austin.
Según el jefe del Pentágono, las tropas rusas han modificado sus tácticas, lo que ha llevado a Kiev a necesitar herramientas que frenen el avance enemigo. Austin destacó que estas minas, denominadas “no persistentes”, pueden controlarse para detonar de manera programada, lo que, aseguró, las hace más seguras que las minas fabricadas localmente en Ucrania.
El suministro de estas armas ha generado controversia, ya que más de 160 países han firmado un tratado internacional que prohíbe su uso debido a los riesgos a largo plazo que representan para los civiles.
Aunque Ucrania no es parte de este acuerdo, la decisión de Washington ha provocado críticas de organizaciones de control de armamento, que advierten sobre el impacto humanitario que estas minas podrían tener en el futuro. No obstante, las autoridades estadounidenses insisten en que el envío refuerza las defensas de Kiev frente a las tropas rusas.
El Washington Post informó previamente que el presidente Joe Biden autorizó la medida como parte de los esfuerzos por apoyar a Ucrania en su guerra con Rusia.
Sin embargo, el debate sobre el uso de minas terrestres se intensifica, especialmente porque se ha asociado históricamente con consecuencias devastadoras para la población civil, incluso décadas después de los conflictos.
El envío podría marcar un punto crítico en el apoyo militar estadounidense a Ucrania y en las discusiones sobre el uso de armamento polémico en zonas de guerra.
Eso de ‘minas seguras’ suena como un chiste de mal gusto.
¿Y qué pasó con los tratados? Parece que las reglas solo aplican pa’ otros.
Oye, pero Ucrania ya parece un laboratorio militar de los gringos
¿No firmaron un tratado que prohíbe esto? Ah, pero la ley es pa’ los chiquitos.
Parece que a Biden le importa más Ucrania que los problemas de su propio país.
¿Y si esas minas quedan tiradas por ahí después? Siempre son los civiles los que pagan el precio.
«Ese apoyo militar a Ucrania cada vez se ve más turbio, como que hay otros intereses detrás.»
¿Por qué no mejor negocian la paz en vez de seguir llenando ese país de armas?
Después de esta guerra, Ucrania será un museo de lo que pasa cuando las potencias juegan a la guerra.
Esto no parece ayuda, parece echarle más leña al fuego.
Ay, pero qué bonito, ¿eh? Ahora resulta que los mismos que te dicen que no pongas minas en tu casa son los que las mandan para Ucrania. ¡Que viva la coherencia!
Pero claro, después nos dicen que hay que desminar el mundo. ¿Y eso qué es? ¿Desminar a lo grande o solo cuando hay cámaras?
¿No que las minas antipersona eran malas? Ahora resulta que todo está bien, siempre y cuando no las pongas cerca de ti, claro.
¡Mira qué bien! En vez de darles ayuda humanitaria, les mandan unos detallitos explosivos. Ya sabemos lo que se viene: más «ayudas» por ahí.
Ah, pero eso sí, luego te vienen a decir que el terrorismo está mal. ¿Y las minas, eso no es terrorismo? ¿O no contamos?
¡Qué ironía! Nos venden la idea de que las armas se deben eliminar, pero ahí están, enviando minas, y de paso, nos dicen que lo hacen por el bien de la humanidad.
Es como cuando te dicen que «todo va a estar bien», pero te dan un mapa para que te pierdas. Así mismo con las minas.
Es como cuando te dicen que «todo va a estar bien», pero te dan un mapa para que te pierdas. Así mismo con las minas.
Yo creía que ya habíamos aprendido algo con las guerras del pasado, pero al parecer, olvidaron la lección. El negocio sigue en pie.
No me extraña, ya sabemos que la «democracia» siempre viene acompañada de un par de explosivos. Si no, no sería tan democrática.