La presencia de buques militares venezolanos cerca de una plataforma petrolera de ExxonMobil en aguas jurisdiccionales de Guyana ha desatado una fuerte reacción internacional.
Estados Unidos calificó el incidente como una violación del territorio marítimo reconocido de Guyana y advirtió que nuevas provocaciones traerán consecuencias para el gobierno de Nicolás Maduro. La OEA también condenó las acciones de Venezuela, asegurando que socavan la estabilidad regional y violan el derecho internacional.
Autoridades de Guyana y ExxonMobil han iniciado investigaciones sobre la incursión de los buques en el Bloque Stabroek, una zona clave para la producción de crudo.
Venezuela ha reclamado históricamente este territorio, alegando derechos sobre una parte significativa de la región rica en petróleo. Sin embargo, la comunidad internacional reconoce la jurisdicción de Guyana sobre estas aguas, lo que ha elevado la tensión en la disputa fronteriza.
La situación ha generado preocupación entre los aliados de Guyana, que piden una respuesta firme para evitar una escalada del conflicto. Washington ha reiterado su respaldo a la integridad territorial guyanesa, mientras que la OEA ha llamado a la comunidad internacional a mantenerse vigilante ante las acciones de Venezuela.
A medida que la crisis avanza, la presión sobre Maduro aumenta, en un momento en que su gobierno enfrenta sanciones y desafíos políticos internos.
Maduro anda buscando más problemas de los que ya tiene.
Cuando hay petróleo de por medio, siempre aparecen los conflictos.
Estados Unidos no va a dejar que Venezuela toque a ExxonMobil, eso es fijo.
Guyana se está volviendo el nuevo foco de tensión en Sudamérica.
La OEA condena, pero al final no hace nada concreto.
Si Venezuela se sigue metiendo ahí, vienen más sanciones de EE.UU.