Las autoridades ecuatorianas han dispersado unos 2.000 policías y militares en la ciudad costera de Durán y una prisión en la provincia de Guayas para combatir el crimen organizado y la violencia armada que azota el país sudamericano, según AP.
Unos 800 efectivos de las Fuerzas Armadas y la Policía de Ecuador entraron en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, para «hacer un control de armas, municiones y explosivos con el objetivo de desarmar a las organizaciones delictivas» que controlan la prisión, según señaló el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso.
«Vamos a seguir, hasta el último día de gobierno, luchando contra los grupos criminales que generan violencia dentro y fuera de las cárceles», tuiteó el mandatario.
Simultáneamente, se informó del arresto de cinco presuntos miembros de un grupo delictivo que circulaban en un vehículo con un arsenal de armas de fuego y municiones.
Según medios locales, se les incautó nueve armas de fuego, seis artefactos explosivos, seis chalecos antibalas, alimentadoras y cartuchos, entre otros elementos.
Los operativos se dan luego que el presidente Lasso extendiera el estado de excepción declarado en julio por 60 días debido a la delicada situación en el país.
Como resultado del auge del narcotráfico en Ecuador, se registran motines y enfrentamientos entre bandas, a menudo con decenas de víctimas.